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Qué es el madroño

El madroño también conocido como madroñera o albornio, es un árbol muy peculiar, perteneciente a la familia de las ericáceas al igual que los arándanos, siendo la especie más famosa aunque no la única, la conocida como Arbutus unedo, originaria del área mediterránea europea y por ello conocida frecuentemente como madroño europeo. 

Los árboles de madroño tienen un porte medio con su característica copa redondeada, los cuales, al ser perennes, mantienen un follaje de colores muy vistosos durante todo el año, de ahí su valor ornamental. En general, el madroño es un árbol resistente aunque prefiere suelos ligeros, profundos y en climas más bien suaves, sin fríos invernales extremos. Sin embargo, podemos encontrar madroñeras en muchos bosques y montañas de toda España, desde el Sur en Doñana hasta el norte en la Cornisa cantábrica.

Y si por algo son famosos los madroños, son por sus frutos, conocidos con el mismo nombre que los árboles y que tienen la particularidad de estar durante todo un año madurando en el árbol, pudiendo coincidir las flores nuevas del año con los frutos maduros, que se suelen recolectar a finales de otoño. Los frutos del madroño son conocidos en algunas zonas como “borrachinos” o “emborrachacabras” debido a su contenido alcohólico, siendo muy típico su uso para la elaboración de bebidas alcohólicas al igual que las endrinas usadas para la elaboración de pacharán.

Los frutos del madroño que también son bayas, poseen un característico color rojo intenso con tonos naranjas, son comestibles y es totalmente seguro consumirlos. Además cuentan con numerosas propiedades medicinales, conocidas desde la antigüedad, si bien, un consumo excesivo de madroños puede provocarnos dolencias de barriga.

Además la madera de los madroños es muy apreciada como combustible para forjas, para la fabricación de carbón y para hacer tallas.

Plantas de madroño

Gracias a su tamaño más compacto, su versatilidad en diferentes climas, y que es un árbol pequeño y perenne, es ideal para cultivar en nuestros huertos, jardines o incluso terrazas. En nuestra página web podrás comprar plantas grandes de madroño de primera calidad.

Frutos del madroño maduros

Historia del madroño

Debido a su origen mediterráneo encontramos las primeras referencias a este árbol en la cultura Griega, época en la que el madroño era conocido como Andrachne, palabra griega antigua ἀνδράχνη (andrákhnē), que significa "fresa silvestre" y se refiere tanto al nombre común del árbol como a sus frutos. Es por ello que en inglés es conocido como “Strawberry tree”, es decir, el árbol de las fresas.

Algunas de estas primeras referencias aparecen en los escritos de Teofrasto en el siglo IV a.C. o en la obra médica conocida como “De materia médica” del médico y botánico grecorromano Pedanio Dioscórides. También se mencionan estos frutos en la obra escrita por Ateneo de Náucratis llamada “Banquete de los Eruditos”, donde explica como durante el postre era el momento en el cual se servían los frutos del madroño, advirtiendo de que pueden provocar una pesadez semejante a la del vino y dolor de cabeza.

Y por supuesto, no podía faltar el gran historiador romano Plinio el Viejo, el cual en sus crónicas menciona por primera vez los términos Arbutus y unedo. A modo de anécdota histórica, Plinio ya recomendaba en sus crónicas no plantar estos árboles de madroños cerca de las colmenas de abejas, debido al amargor que le confiere a la miel.

Los antiguos romanos creían que el madroño poseía poderes mágicos y encontrar una rama de madroño con tres bayas aseguraba buena suerte. Y es que en muchas culturas mediterráneas el madroño se asocia como un símbolo de prosperidad. 

Mucho más reciente, en el siglo XVI, el botánico español Andrés Laguna, conocido también como el Doctor Laguna, mencionaba que los frutos de madroño eran consumidos en España, pero también advertía de que “hincha de ventosidad el estómago  y da gran dolor de cabeza”.

Ya más recientemente, en la época del renacimiento, en Italia el madroño fue un símbolo nacional debido a la presencia simultánea de colores rojizos por los frutos, blancos por las flores y verdes por las hojas perennes, representando los colores de bandera de dicho país.

Pero hay unos registros históricos mucho más antiguos que los griegos o romanos, de los que aún no hemos hablado. Y es que existen registros que datan de hace 3.000 años, en la edad de bronce, en los que se menciona que el madroño ya estaba presente en esa época en la parte suroeste de Irlanda, lo que siempre dio pie a confirmar la teoría de que era un árbol autóctono de la Isla.

Sin embargo, recientes estudios genéticos han demostrado que estos árboles de madroño muy probablemente fueron introducimos desde el Norte de España, llevados a Irlanda por mineros que fueron a trabajar en la primera mina de cobre conocida en el noroeste de Europa, en el Neolítico Tardío, y que estaba ubicada en Ross Island en el actual Condado de Kerry.

En lo que sí coinciden todas las crónicas y folclores antiguos, es en la elaboración de bebidas alcohólicas con los frutos de madroño, lo que nos confirma que desde hace miles de años, sus frutos se han sido usados por el hombre para la elaboración de licores y brebajes de todo tipo.

Y es que también, en las crónicas antiguas, ya se hace referencia a las propiedades médicas y terapéuticas que proporcionan estos frutos a nuestra salud.

Antiguamente, se hacían infusión con las hojas por sus propiedades diuréticas y antisépticas. La corteza y las hojas se utilizaban por sus propiedades antiinflamatorias y diuréticas. Y el fruto también se utilizaba para hacer mermeladas, conservas y confituras.

Así pues, el madroño y sus frutos llevan miles de años siendo usados en la medicina tradicional, así como para la elaboración de todo tipo de productos.

Etimología del madroño (Arbutus unedo)

A día de hoy, conocemos el origen de Unedo y probablemente de arbutus. Pero el origen de la palabra madroño sigue siendo desconocido y tan solo se han podido elaborar algunas teorías.

Por un lado, Plinio explica por primera vez la etimología latina de Unedo que proviene de unum edere “me como solo uno”.

También se asocia a Plinio el uso por primera vez del término Arbutus, aunque esta etimología no está del todo aceptada. En España hay algunos términos que si derivan de arbutus como son alborocera, alborzo y algorto, de un uso muy escaso en zonas de Aragón, Álava, La Rioja y Burgos.

Por otro lado, observamos fácilmente que arbutus no tiene ninguna similitud con la palabra española madroño o las palabras portuguesas medronho o medronheiro. Palabras de las cuales, tampoco se conoce su origen y de cuyas teorías hablaremos enseguida.

Lo que sí sabemos es que la palabra madroño viene de muy atrás, ya en textos andalusíes del siglo X se menciona la palabra “matrunyuh”, que muy probablemente a su vez sería una arabización de algún término de origen prerromano.

Y es en este punto donde se plantean  2 teorías principales sobre el origen de la palabra madroño:

La primera teoría se basa en la principal característica del madroño, que es la convivencia en el árbol de los frutos ya maduros junto con las flores nuevas. En lenguas antiguas como el arameo, el nombre de este árbol era “qatel abo” que significaba “matador de su padre” haciendo referencia a que florece y fructifica a la vez. Sin embargo en Al-Ándalus era muy frecuente la versión “el que mata a su madre” y este cambio es el que  pudo acabar derivando en la palabra madroño.

Y la segunda teoría y más aceptada, creada por Corominas, sugiere que la palabra prerromana “Morotonu” que deriva en la palabra “meruéndano” aún usada hoy en día para hacer referencia a la fresa del bosque en algunas zonas del norte de España, sufriría una transformación a “motoroneu” que acabó dando lugar a la palabra Madroño.

Existen más teorías, como la que propone que madroño proviene de la unión de 2 palabras latinas “maturus” y “annus”, pero la mayoría de estas otras teorías están prácticamente descartadas.

¿Y tú qué opinas? ¿Qué teoría te parece más probable? Ahora que ya hemos repasado su historia, prosigamos.

arbutus unedo madroño frutos
Madroño madroñera, arbutus unedo

Habitat y distribución geográfica del madroño

Como ya hemos mencionado anteriormente, el madroño o madroñera es originario de la zona mediterránea europea, encontrándose en países como España, Portugal, Italia, Croacia o Grecia. Pero también es originario de otras zonas mediterráneas del norte de África, de países como Libia o Túnez y en el Oeste de Asia en países como Turquía, Jordania o Líbano.

Aunque todos asociamos al madroño con la especie Arbutus unedo, conocida como madroño europeo, existen otras 3 especies de madroños menos conocidas, pero también presentes en la zona mediterránea, siendo la de mayor importancia la especie Arbutus Andrachne conocida generalmente como madroño de Grecia o madroño Oriental, que recibe este nombre por ser originaria de Grecia, la región del Mar Negro y algunas zonas de Oriente Medio como Jordania.

De menor importancia, la especie Arbutus Pavarii es endémica de la cordillera de  Jebel Akhdar, en la costa Cirenaica, en Libia. Los madroños de esta especie son famosos por producir una miel muy apreciada por sus propiedades medicinales, pero con un sabor realmente amargo.

Y por último, siendo la excepción en cuanto al origen exclusivamente mediterráneo del madroño, está  la especie Arbutus Canariensis, que solo encontraremos en la zona de Macaronesia, especialmente, en las Islas Canarias.  Debido a esto, esta especie es conocida como Madroño Canario y a diferencia del madroño europeo, tiene una corteza muy llamativa, que en los árboles de edad adulta es totalmente lisa, encontrándose sus troncos cubiertos de una fina cutícula que se desprende fácilmente por capas, que recuerdan a trozos de papel seco. Se encuentran en zonas comprendidas entre los 600 y los 1.100 metros de altitud, siendo el más famoso un madroño canario centenario ubicado en El Sendero del Barranco de Ruiz y que tiene una altura de 12 metros.

Aunque para no faltar a la verdad, debemos mencionar que existen algunas hibridaciones naturales entre las diferentes especies de Madroño. Por ejemplo, en Canarias se ha constatado la hibridación entre A. Unedo y A. canariensis nombrada como Arbutus x androsterilis. También en Turquía existen evidencias de hibridaciones entre el madroño europeo (A. unedo) y el madroño Griego (A. Andrachne), si bien, todas estas hibridaciones no tienen mayor interés, más que la mera mención.

CARACTERISTICAS DEL MADROÑO

El madroño es un árbol muy especial y por eso desde la antigüedad ha sido objeto de culto. Los árboles de madroño se caracterizan por tener una copa redondeada y un porte medio, que suele oscilar entre los 3 y los 7 metros de altura, pudiendo en algunos casos excepcionales alcanzar los 10-12 metros de altura, por lo que podemos englobarlo en la clasificación de árboles pequeños.

Los madroños o madroñeras son muy versátiles y resistentes y es por ello que podemos encontrarlos en muchas zonas de España y Portugal, desde el sur como en Doñana (Huelva) o El Algarve, hasta zonas del norte como los bosques Asturianos, resguardados al cobijo de los estrechos valles montañosos, que les protegen del frío invernal y del posible calor veraniego. El madroño prefiere climas de inviernos suaves, sin temperaturas gélidas extremas y es frecuente encontrarlos en zonas menos expuestas a las inclemencias meteorológicas como zonas de barrancos, ya que también prefiere zonas de semisombra, que no estén expuestas a pleno sol todo el día.

En cuanto a las condiciones del suelo, podemos equipararlo con los frutos rojos, ya que los madroños prefieren suelos ligeros, de buen drenaje y con un pH ácido. Incluso es posible cultivar madroños en macetones, como ya hemos comprobado en Arándanos el Cierrón durante estos últimos años, al igual que el resto de frutos rojos.

Y hablando de sus hojas perennes que mantiene durante todo el año, sin prácticamente grandes alteraciones entre las diferentes épocas del año, debemos mencionar que el madroño posee hojas dentadas de color verde brillante, que recuerdan en cierta medida a las hojas del laurel.

El madroño presenta durante todo el año bonitos follajes, aunque durante el otoño e invierno, el color de sus hojas es menos brillante. En primavera y sobre todo durante el verano, es cuando el follaje del madroño nos mostrará todo su esplendor. Comenzándose a ver los primeros brotes nuevos a mediados de primavera, aunque esto dependerá de la climatología de cada zona. Al principio estas nuevas brotaciones presentan hojas de color más pálido, debido a la escasez de clorofila en las mismas, que poco a poco a medida que se desarrollen, irán adquiriendo su característico color verde.

Las flores del madroño, son de color blanco-rosado, en forma de campana y en cierta medida nos recuerdan a las flores de los arándanos. Estas flores se suelen agrupar en racimos colgantes.

Pasado un tiempo y una vez polinizadas las flores, se comenzarán a formar los futuros frutos, que en las primeras etapas de desarrollo tienen un color amarillo. A medida que maduran, van ganando tamaño y cambiando su tonalidad al característico color rojo anaranjado de los frutos maduros. El proceso de maduración puede durar todo un año y no es hasta finales de otoño, cuando podremos recolectar los madroños.

Flores del madroño, arbutus unedo

El madroño es un árbol muy especial, debido a que florece y fructifica a la vez, siendo esta su característica más famosa. Si quieres unas plantas de madroño de primera calidad pulsa aquí.

Arbol de madroño en floracion

Propiedades del madroño

Desde tiempos antiguos, nuestros antepasados han usado los frutos y las hojas de madroño en la medicina popular de muchas zonas mediterráneas como antisépticos, diuréticos y laxantes.

El madroño para la elaboración de remedios curativos gracias a sus propiedades, principalmente antisépticas y antidiarréicas.

Los frutos del madroño también poseen astringentes y nutritivas, aunque el consumo excesivo del madroño nos puede dar dolores de barriga.

Los madroños también se han usado como tónico y como tratamiento para combatir el reumatismo.

Actualmente, gracias a los estudios más recientes con modernas técnicas, sabemos que los madroños destacan por su alta concentración en vitamina C y minerales. Estos frutos están compuestos de agua, azúcares (fructosa, glucosa y sacarosa), ácidos orgánicos, proteínas y minerales. Además, los madroños son ricos en flavonoides, taninos, vitaminas (C y E), carotenoides, ácidos fenólicos y ácidos no volátiles que son compuestos bioactivos con una alta actividad antioxidante que reportan beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades crónicas.

Los compuestos antioxidantes presentes en los frutos de madroño también se han asociado con una actividad antimicrobiana, contribuyendo así a su protección contra microorganismos patógenos y causantes de deterioro. Estudios muy recientes sugieren que la microbiota reportada de los frutos de madroño (Arbutus unedo y A. andrachnae) podrían facilitar la investigación de aplicaciones de conservación novedosas y efectivas para controlar el deterioro de la fruta.

Comparando al madroño con otros frutos rojos, se comprobó que la concentración en compuestos fenólicos del madroño es superior a la hallada en las fresas o las frambuesas, siendo, por otro lado, inferior a la del escaramujo.

En otro reciente estudio, se demostró que los frutos del madroño son potentes captadores de radicales y pueden considerarse buenas fuentes de antioxidantes naturales. En cuanto a los minerales, se detectaron 24 diferentes en los frutos de madroño, varios de los cuales son importantes para la salud humana, siendo los más destacados el potasio (K), Calcio (Ca), fósforo (P), Magnesio (Mg) y el sodio (Na). 

Por lo tanto, los frutos de madroño, además de ser bayas, también pueden entrar dentro del grupo de los frutos rojos, gracias a sus múltiples propiedades y beneficios para nuestra salud.

Usos y utilidades del madroño

Los frutos del madroño (Arbutus unedo) se consumen frescos o se utilizan para producir bebidas alcohólicas (vinos, licores y brandies), mermeladas, jaleas y confituras.

También se pueden incorporar a yogures, ya sea en trozos o como aromatizantes, y se pueden utilizar como otras bayas en repostería como tartas, rellenos de pasteles y productos a base de cereales, entre otras aplicaciones.

Cuidados del madroño

Y al igual que casi todos los arbustos y árboles, como seres vivos que son necesitan agua y abono. Durante los meses de más calor deberemos regar con frecuencia nuestros árboles de madroño para evitar problema con su desarrollo.  Siempre es recomendable cultivarlos en una orientación de semisombra, es decir, que no estén todo el día a pleno sol.

Y por supuesto, es necesario podarlos. Una correcta poda del madroño es fundamental para garantizar un buen desarrollo y una buena salud de los árboles. La poda sirve para equilibrar la parte aérea con el sistema radicular, y conseguir una correcta aireación y penetración de los rayos del sol, eliminando las ramas más viejas. Además, gracias a la poda podremos formar correctamente la característica copa redondeada del madroño, símbolo de la Comunidad de Madrid.

Usos y utilidades del madroño, bizcocho.

Elaborado y redactado sin el uso de la inteligencia artificial por Adrián García VillarIngeniero Agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Nº Colegiado 215, Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos del Principado de Asturias (COIASTUR).


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Bibliografía consultada:

Benkovic, Vesna & Tkalčec, Ines & Horvat Knežević, Anica & Jurica, Karlo & Knezević, Fabijan & Brčić Karačonji, Irena & Kopjar, Nevenka. (2024).

Jurič, Andreja & Gašić, Uroš & Brčić Karačonji, Irena & Jurica, Karlo & Milojković-Opsenica, Dušanka. (2018).

Martins, João & Pinto, Glória & Canhoto, Jorge. (2018).

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