Las frambuesas son uno de los frutos rojos más deliciosos y exquisitos, siendo producidas por las plantas conocidas como frambueso que pertenecen al género Rubus. Son plantas de gran porte y una de sus principales y más conocidas características, es la necesidad de tutorar o sujetar sus largos tallos, para que con el peso de la fruta las ramas no se tumben hacia el suelo y se puedan dañar. Son una rica fuente en compuestos bioactivos, como por ejemplo flavonoides, antocianinas, minerales, vitaminas y compuestos fenólicos como el ácido elágico y ácido gálico, famosos por su alta actividad antioxidante, lo que hace de la frambuesa un alimento con un contenido nutricional altísimo, que nos aporta un sinfín de propiedades y beneficios para la salud, de los cuales hablaremos más abajo.
A la hora de clasificar las frambuesas, tradicionalmente se han divido según los colores y la forma de fructificar y más recientemente con la aparición de nuevas variedades para el mercado amateur podemos diferenciarlas también por su tamaño.
En cuanto a la forma de fructificar, tenemos las variedades tradicionales de 1 sola cosecha (floricane) y por otro lado las más novedosas, llamadas frambuesas remontantes o reflorecientes (primocane), o también conocidas coloquialmente como frambuesas de doble cosecha, variedades que nos permiten cosechar frambuesas durante 4 ó 5 meses al año y que podrás adquirir en nuestro vivero.
Si hablamos de tamaño y crecimiento, podemos diferenciar 2 tipos principales de plantas de frambuesa, las de tallos largos que pueden llegar a longitudes de 2 a 3 metros aproximadamente, conocidas por todo el mundo. Y por otro lado, las frambuesas enanas o de balcón, que no suelen superar los 80cm de longitud y por lo tanto no es imprescindible tutorar sus tallos, siendo ideales para balcones o terrazas y cultivo en maceta. Sobre estas frambuesas enanas, bastante desconocidas en general, hablaremos más a fondo en una entrada de blog específica en un futuro.
¡Pero si hablamos de colores la cosa cambia! Cuando hablamos de frambuesas, a todos se nos viene a la cabeza esos preciosos frutos de color rojo. ¿Pero sabías que hay frambuesas de muchos más colores? Existen frambuesas rojas, amarillas, negras, naranjas, azules y púrpuras. ¡Y todas las vas a poder encontrar en nuestro vivero, además casi todas ellas sin espinas!
Después de esta breve introducción sigamos con un poco de historia. ¡Vamos allá!
Las frambuesas son plantas que pertenecen al género Rubus al igual que las zarzamoras, sin embargo son especies diferentes. Dentro de lo que conocemos como frambuesas, hay más de 200 especies alrededor del mundo y debido a esto, hay frambuesas nativas en muchísimos lugares del planeta, desde Europa, Asia, pasando por Australia o Tasmania hasta Norteamérica.
En Europa la frambuesa roja (Rubus idaeus) se ha cultivado durante siglos, hay registros arqueológicos que demuestran su consumo ya en el paleolítico y la primera descripción del frambueso data del siglo I realizada por Plinio el Viejo, aunque su procedencia no está del todo clara. Se cree que su origen está en Turquía, concretamente en las faldas del Monte Ida, el relato habla de que los habitantes de la cuidad de Troya ya recolectaban frambuesas. Además se han encontrado escritos del siglo IV donde ya se habla de cultivos de frambuesa y también restos de semillas en antiguos fuertes romanos en Inglaterra, lo que hace sospechar que fueron los romanos los que provocaron la expansión de la frambuesa por toda Europa. Como curiosidad, también existe la leyenda, de que la frambuesa roja (Rubus idaeus) es originaria de la Isla de Creta en Grecia. Si bien, hasta el siglo XVI, no comenzaron los primeros cultivos “comerciales” de frambuesa en Inglaterra y en el año 1771, comenzaron a enviarse las primeras plantas de frambuesa roja a Nueva York.
Pero como ya hemos dicho, la frambuesa no es solo originaria de Europa, por eso a veces a la especie Rubus idaeus se le conoce como “frambueso rojo europeo”, para diferenciarlo del frambueso rojo originario de América del Norte (Rubus strigosus), conocido también como frambueso americano. Actualmente muchas de las variedades de frambuesa roja tienen sangre de ambas, debido a la hibridación hecha por el ser humano.
Es aquí en el “Nuevo Mundo”, donde también podemos encontrar frambuesas azules y negras ya que son originarias del Norte de América. Cuando los primeros exploradores llegaron allí, descubrieron la frambuesa negra (Rubus occidentalis), pero pronto se dieron cuenta que no era tan dulce como la roja, sin embargo la cantidad total de antioxidantes de la frambuesa negra es mucho mayor, superando incluso a la zarzamora, aún así, su cultivo es menos popular y hasta el siglo XIX, no se crearon las primeras plantaciones. A día de hoy el noroeste del Pacífico de los Estados Unidos es donde este cultivo tiene mayor importancia, siendo Oregón el estado con la mayor producción de frambuesa negra.
En el caso concreto de la frambuesa azul (Rubus leucodermis) o también conocida como “frambuesa de corteza blanca” es originaria del Noroeste del continente americano y su hábitat natural es muy extenso, desde Alaska a zonas más al Sur como California o Nuevo México, lo que permite su cultivo en multitud de climas, desde los más fríos a zonas templadas. Si bien cabe mencionar, que aunque se llamen así, su color real es una mezcla entre azul y negro, por lo que son de color oscuro, bastante más oscuro que el color de un arándano.
Por otro lado, para explicar el origen de la frambuesa púrpura o morada existe una teoría que habla de una hibridación natural y que nombra a esta especie como Rubus neglectus, sin embargo no está del todo claro. Pero lo que sí está claro, es que es una hibridación hecha por el hombre, de un frambueso rojo americano y un frambueso negro (Rubus strigosus x occidentalis), dio lugar en el año 1878 a la primera variedad de frambuesa púrpura, llamada "Shaffer", lanzada al mercado amateur, ya que no tenía interés comercial debido a su pobre sabor, pero gracias a las nuevas variedades, como la que puedes encontrar en nuestro vivero (Rubus idaeus x occidentalis), ya puedes disfrutar de unas deliciosas frambuesas moradas llenas de antioxidantes o decorar tus postres con sus espectaculares colores.
¿Y qué pasa con las frambuesas amarillas y naranjas? En estos dos casos hay que decir que ambas son una mutación de una frambuesa roja, es decir, un desorden genético aparecido de forma espontánea, por lo que en la naturaleza en su estado silvestre no encontraremos ni frambuesa naranja, ni frambuesa amarilla, ni su variante la frambuesa melocotón. .
¡Y después de este repaso histórico vamos a centrarnos en las plantas!
El frambueso se adapta a muchos y diferente tipos de climas gracias a su resistencia al frío invernal y su tolerancia a las altas temperaturas veraniegas. Gracias al gran elenco de variedades, en especial, con las variedades de muy bajos requerimientos de frío podemos cultivar frambuesas en cualquier lugar y si hablamos en particular de España, podemos cultivar frambuesas tanto en el norte, centro o Sur del país sin ningún problema, en especial si hablamos de la frambuesa roja y amarilla. Pero debemos tener en cuenta, que la frambuesa negra y púrpura debido a su menor desarrollo como cultivo comercial, ha provocado que las variedades no estén tan desarrolladas y no existan variedades con muy bajos requerimientos de frío, lo que reduce su franja de cultivo a zonas con inviernos fríos o ligeramente templados.
Las plantas de frambuesa o frambueso, son arbustos leñosos de gran porte, muy robustos y resistentes, lo que hace que sean muy fáciles de cultivar en nuestros huertos, jardines o terrazas. Estas plantas tienen una corona perenne que todas las primaveras comienzan a emitir nuevos brotes desde la base. Estos brotes tienen la característica de que son bianuales, es decir, un año se desarrollan y al siguiente dan fruto, en toda su longuitud en el caso de las de una sola cosecha, después de dar las últimas frambuesas se secan y se deben podar a ras de suelo. En el caso de las de dos cosechas, ya producen frutos el primer año, a final del verano en el tercio superior del brote, secándose esta parte después de cosechar y quedando el resto de rama para producir a la primavera siguiente, como explicamos en la entrada de blog “como podar frambuesas”.
Al igual que la mayoría de plantas de frutos rojos, la frambuesa prefiere suelos ácidos, de textura ligera y de baja conductividad eléctrica (CE), sin embargo, debido a su robustez pueden tolerar suelos ligeramente alcalinos y pesados, pudiendo cultivarse tanto en orientación semisombra o algo más soleada. Y en caso de tener suelos muy alcalinos o que preferimos cultivarlas en nuestra terraza, siempre podemos cultivar estas plantas de frambuesa en macetas, ya que se adaptan perfectamente al cultivo en contenedor, al igual que los arándanos o demás frutos del bosque.
Sus tallos pueden llegar a superar los 2 metros de longitud y en el caso de la frambuesa negra incluso los 3 metros, pero a diferencia de otros frutos rojos como el arándano, o la aronia, los tallos de la frambuesa no son lo suficientemente lignificados para aguantar su propio peso, especialmente cuando están llenos de fruta y por eso debemos hacer estructuras para sujetarlos, con la excepción de la frambuesa de balcón. En cuanto a su longevidad, mientras que una planta de arándano puede sobrepasar fácilmente los 25-30 años de vida, las plantas de frambuesa suelen vivir unos 10 años.
Debido a su origen en climas más bien fríos, son plantas que soportan hasta -15 ó -20 grados Celsius durante su parada vegetativa. Y por supuesto son de hoja caduca, en cuanto lleguen los primeros fríos de otoño/invierno a nuestra zona, las plantas de frambuesa comenzarán a reducir su actividad y poco a poco las hojas tornarán a los característicos colores amarillo-rojizos del otoño y se acabarán cayendo todas al suelo, quedando los tallos totalmente al descubierto.
Las variedades más tradicionales de frambuesa siempre tenían espinas en sus tallos, pero hoy en día, existen variedades que carecen de ellas, evitándonos los típicos y molestos pinchacitos a la hora de cosechar las frambuesas, podarlas o tutorarlas.
Por otro lado las frambuesas tienen un sistema radicular superficial, más del 80% de las raíces permanecen en los primeros 30cm de profundidad. Sin embargo, si el suelo es bueno, las raíces de las frambuesas tienden a expandirse a lo largo y ancho del mismo y debido a que las propias raíces poseen yemas adventicias desde las que emiten nuevos brotes que generan nuevas plantas, es por eso la fama que tienen de invadir jardines. Esto se puede “solucionar” limitando su expansión en horizontal, con materiales plásticos, tipo malla antihierba o similar.
Otro aspecto importante y que juega a nuestro favor, como ya os explicamos en la entrada de blog “cómo plantar frambuesas “, es que gracias a su floración tardía y escalonada no hay riesgo con las heladas primaverales y se pueden cultivar frambuesas hasta los 1.200 metros de altitud sin problema.
Las flores de la frambuesa se agrupan en inflorescencias y son muy bonitas y atractivas para las abejas y abejorros, que son los insectos que principalmente polinizarán nuestras plantas. Además tienen una gran cantidad de néctar, por lo que atraen fácilmente a estos insectos. Son flores de color blanco, con 5 pétalos y casi el 100% de las variedades de frambuesa son autofértiles, lo que quiere decir, que no necesitan cruzarse con otras variedades, si bien, se ha demostrado que una polinización cruzada puede aumentar el rendimiento de nuestras plantas, así que ya sabes, llena de color tu jardín con frambuesas rojas, amarillas y negras por ejemplo.
¡Y qué decir del fruto! ¿A quién no le gustan unas deliciosas frambuesas? Agronómicamente las frambuesas son polidrupas, es decir, son un fruto formado por la unión de muchas drupas, todas ellas con una pequeñísima semilla en su interior y prácticamente imperceptible al gusto. Las frambuesas tienen textura suave con una pulpa muy jugosa, además las nuevas variedades tienen un sabor exquisito, dulce y son muy aromáticas. A diferencia de las zarzamoras, cuando recolectamos las frambuesas, éstas se desprenden del receptáculo, quedando su interior hueco, de ahí que sean tan delicadas. Además podemos jugar con los colores, teniendo diferentes variedades podremos ofrecer a nuestros familiares y amigos un plato lleno de colorido y exquisto sabor o postres decorados con diferentes colores que harán llamar la atención. ¿Y no pensarás que se nos olvida hablar de sus beneficios, no? Sigue leyendo que ahí vamos.
Pero antes si quieres saber “como plantar frambuesas correctamente” visita nuestra entrada de blog especifica.
¡Y ahora sí hablemos de las increíbles propiedades y beneficios de la frambuesa! Y es que al igual que la mayoría de frutos rojos o bayas, tienen una increíble composición en antioxidantes, minerales, ácidos esenciales y vitaminas. Cabe resaltar, que si hablamos de concentración total en antioxidantes, polifenoles o antocianinas, la frambuesa negra (Rubus occidentalis) tiene la más alta concentración, pero todas las demás frambuesas, rojas, amarillas o azules, también tienen una rica y variada composición en estos compuestos, y por eso un consumo regular de frambuesas nos aportan unos grandes beneficios a nuestra salud.
La frambuesa destaca por su alta concentración en Vitamina C (ácido ascórbico) que favorece la producción de colágeno y potentes antioxidantes con un gran efecto protector del organismo, como las antocianinas y el acido gálico, que nos ayudan a eliminar los radicales libres de nuestro cuerpo y que tienen propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas, antimutagénicas y antimicrobianas, ayudando a preservar una buena salud cardiovascular, regulando la presión sanguínea y el colesterol, reduciendo así el riesgo de problemas cardíacos.
También se ha demostrado que estos potentes antioxidantes nos ayudan a combatir o ralentizar las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer e incluso son capaces de ralentizar la expansión de las células tumorales de algunos tipos de cáncer. Por otro lado gracias al efecto antiinflamatorio de las antocianinas, se pueden reducir los síntomas de la artritis o ayudar a reducir el riesgo de padecerla.
Las frambuesas también son una rica fuente en Vitaminas A, E y K y contienen una alta cantidad de fibra dietética que nos ayuda a regular el azúcar en sangre y puedo reducir el riego de desarrollar diabetes tipo II. Además 100 gramos de frambuesas solo contienen 4,4 gramos de azúcar, lo que las hace muy poco propensas a elevarnos el azúcar en sangre.
Pero esto no es todo, las frambuesas nos aportan ácido fólico y minerales como calcio, magnesio, fósforo, hierro, potasio y manganeso, que refuerzan la salud de los huesos y la piel. Y no podemos dejar de mencionar otros compuestos bioactivos como el beta-caroteno, ácido ferúlico y ácido cumárico; Éste último favorece la supervivencia en nuestro intestino de microorganismos beneficiosos para nuestra salud.
Y al igual que los arándanos, las frambuesas pueden desempeñar un papel protector en la salud de nuestra vista, ayudándonos a combatir problemas como la degeneración macular relacionada con la edad. También gracias a ciertos antioxidantes como la zeaxantina, que filtra los dañinos rayos de luz azul, nos ayudan a proteger nuestros valiosos ojos.
Y no podemos acabar esta entrada de blog sin hablar de los usos y las diferentes maneras de comer frambuesas. Obviamente la primera es al natural, recién recolectada de las plantas de nuestro jardín o terraza, pero como otros frutos del bosque, la frambuesa se puede comer de mil maneras en multitud de productos transformados. Las frambuesas se utilizan en la elaboración de muchos productos típicos de nuestra alimentación como zumos, salsas, vinagres, postres, mermeladas, yogures, helados, licores, etc. La importancia en el sector de la industria de transformación es tan importante, que casi el 90% de la producción mundial de frambuesa se destina para estos usos, principalmente para la elaboración de zumos concentrados.
Y no solo sus frutos se comen, sus hojas también tienen propiedades y pueden ser aprovechas, como por ejemplo haciéndonos un té con ellas. Y tanto la fruta como las hojas se emplean en fitoterapia, farmacología, medicina, cosmética, o como fuente de colorantes naturales.
¡Además podemos conservar congeladas las frambuesas todo el año! Sin perder ninguna de las numerosas propiedades beneficiosas que aporta a nuestra salud.
Después de leer todo esto, ¿A qué estas esperando para llenar tu huerto, jardín o terraza de color con unas plantas de frambuesa? En nuestra web puedes comprar plantas grandes para cosechas inmediatas de frambuesa roja, amarilla, negra y de balcón. Pulsa aquí para comprar.
Elaborado y redactado por Adrián García Villar, Ingeniero Agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Nº Colegiado 215, Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos del Principado de Asturias (COIASTUR)
WhatsApp Business +34 684 665 213
Correo -> info_arroba_arandanoselcierron.com
Web -> https://www.arandanoselcierron.com/
Canal de youtube -> https://www.youtube.com/arandanoselcierron
Facebook -> https://www.facebook.com/arandanoselcierron
Localización vivero -> https://g.page/arandanoselcierron?share
Antioxidants and Cancer Prevention
Brandywine Purple Raspberry.
Departamento de Instrucción Pública de Wisconsin.
Freitas, H.R.; Ferreira, G.D.C.; Trevenzoli, I.H.; Oliveira, K.D.J.; De Melo Reis, R.A. Fatty Acids,
Juan Carlos García, Guillermo García González de Lena, Marta Ciordia Ara, (2014).
Mozaffarieh, M., Sacu, S. & Wedrich, A.
Robert VanBuren et al.