Rubus phoenicolasius
La frambuesa del vino o frambueso japonés, también conocida como la baya del vino o en inglés como Wineberry o Japanese Wineberry, es una de las frambuesas más desconocidas y a la vez más peculiares que existen, debido al espectacular caparazón que protege sus flores durante los inicios de la floración, y que poco a poco se va retirando, a medida que aparecen sus deliciosos frutos.
Es originaria de zonas del este de Asia como Japón, China o Corea y recibe su nombre debido al color rojo oscuro de sus frutos que recuerdan al color del vino tinto. Pero sin duda su característica más peculiar es el “cascarón” que envuelve a las frambuesas durante su floración, similar al de una planta carnívora y que poco a poco se va abriendo, hasta casi desaparecer y dejar a la vista los frutos de esta frambuesa del vino.
Al igual que la mayoría de frambuesas, la baya del vino es muy robusta y resistente, tiene un gran porte erecto que nos facilita mucho su cultivo tanto en nuestros huertos, jardines o terrazas. Sus tallos tienen pequeñas espinas.
Las frambuesas del vino se comen en fresco sin ningún problema ya que son dulces y con un sabor muy rico, pero también son ideales para hacer postres o mermeladas, gracias a un ligero toque agrio, que les otorga un sabor muy peculiar.
Cosecha inmediata Rubus phoenicolasius
La frambuesa del vino o frambueso japonés, también conocida como la baya del vino o en inglés como Wineberry o Japanese Wineberry, es una de las frambuesas más desconocidas y a la vez más peculiares que existen, debido al espectacular caparazón que protege sus flores durante los inicios de la floración, y que poco a poco se va retirando, a medida que aparecen sus deliciosos frutos.
Es originaria de zonas del este de Asia como Japón, China o Corea y recibe su nombre debido al color rojo oscuro de sus frutos que recuerdan al color del vino tinto. Pero sin duda su característica más peculiar es el “cascarón” que envuelve a las frambuesas durante su floración, similar al de una planta carnívora y que poco a poco se va abriendo, hasta casi desaparecer y dejar a la vista los frutos de esta frambuesa del vino.
Al igual que la mayoría de frambuesas, la baya del vino es muy robusta y resistente, tiene un gran porte erecto que nos facilita mucho su cultivo tanto en nuestros huertos, jardines o terrazas. Sus tallos tienen pequeñas espinas.
Las frambuesas del vino se comen en fresco sin ningún problema ya que son dulces y con un sabor muy rico, pero también son ideales para hacer postres o mermeladas, gracias a un ligero toque agrio, que les otorga un sabor muy peculiar.
Planta en maceta de 1L